Un clóset repleto: el exceso de juguetes


Después de leer un post de la blogger mexicana, Grace Navarro, sobre la cantidad de juguetes que acumulan nuestros hijos, me senté a meditar sobre el asunto. ¿Y saben qué? La mayoría de los niños de ahora, incluyendo a la mía, gozan de una sobre población de juguetes en sus armarios. Claro, cierta cantidad provienen de las celebraciones como los cumpleaños y otros simplemente llegan a casa como muestras de cariño eventuales. No puedes impedir que les regalen juguetes, pero muchas veces, somos nosotros mismos los que los llevamos a casa. Vamos a un lugar y exclamamos "esto le encantaría a Clarita" o cedemos ante el clamor del juguete de moda para que el niño no "se sienta excluido frente a los amigos". Y por último, los compramos producto de la culpabilidad... yo misma he caído en eso y compro alguna cosilla para no sentirse tan mal de haber tenido una semana llena de trabajo y prestarle a mi hija menos atención de lo normal.
Y así, entre eventos e impulsos, en menos de lo que imaginamos, estamos frente a un clóset y cestas llenas de juguetes de poco uso o que simplemente perdieron el encanto de la novedad.

¿Por dónde empezar? Cómo nos enfrentamos a un cuarto lleno de juguetes que les proporciona horas de distracción y diversión. Empecemos, pensando en los posibles mensajes negativos que estamos enviando con este exceso. A mi parecer, el primero es que estamos creando una visión desproporcionada del valor de las cosas. Segundo, le estamos restando importancia al concepto del esfuerzo, ya que los juguetes simplemente llegan solos, no hay que trabajar por ellos. Me temo que la austeridad es un concepto difícil de enseñar a cortas edades ya que es complicado para ellos entender cuando hay dinero para esto y no para lo otro.

¿Qué hacer? En primera instancia, para los que ya tienes puedes donarlos. La donación siempre es un acto noble que nos ayuda a inculcar generosidad y empatía. Eso es lo que hago en mi casa. Después del cumpleaños y de Navidad se hace la gran limpieza de juguetes. Salen los viejos o los "menos de moda" para hacer espacio a los nuevos. No piensen que será fácil, es un proceso; ningún niño quiere desprenderse de sus juguetes. La primera vez que lo hice mi hija estaba chica y ni se dio por enterada. Cuando ya entendía un poco más usé la frase "ya tu creciste, y ese es para niños más chicos, mejor lo regalamos a un pequeñín". Así fuimos avanzando y ahora ya ella está cómoda y feliz de pensar que otro niño le gustaría su juguete...hasta bañó y peinó las muñecas para que se vieran lindas. 

Tal vez tu familia sea grande y no es necesario donar ya que puedes pasar los juguetes a hermanos o primos más pequeños. Esta es otra forma de resolver el exceso de juguetes y a cambio enseñamos el valor de compartir. Ya sea que decidas donar o regalar, hay una regla de oro: cuando te digan "ese no" debes escucharles y respetarlo. Por muy sucio, feo, babeado o cómo sea que esté, el respeto a un objeto preciado es importantísimo. 

Por último, una solución para tratar de limitar la entrada de nuevos juguetes es tener una "lista de deseos". A los niños, al igual que a los adultos, se les antojan cosas innecesarias. Se lo vieron a un amigo o en un comercial televisivo o cuando van juntos a una tienda ven algo que les llama la atención. En esos momentos, aplicas "la lista de deseos". Escucha lo que quiere con atención y le dices "lo pondremos en la lista de deseos para acordarme que ese juguete te gustó mucho". Los objetos en la lista pueden aparecer en momentos clave como cumpleaños, graduaciones, competencias, etc. Sólo para que vean que sí los escuchas. Con la lista, tu tienes el control de cómo y cuando.

Menos juguetes no significa menos diversión, por el contrario, les estamos dando la oportunidad de usar más su imaginación como lo hacíamos nosotros. Y para cuando sin querer nos excedemos, donar y regalar nos ayudará a enseñarles generosidad y desprendimiento de lo material. La sociedad de hoy día envía muchos mensajes errados a nuestros pequeños y nos toca, como padres, buscar la ocasión para sembrar los valores que deseamos ver en ellos.

un abrazo,