¡Wao, tengo rato de no escribir! Qué extraña sensación, porque todo el tiempo tengo estas conversaciones en mi cabeza...debates interminables conmigo misma acerca de todo lo que oigo, leo o vivo a diario.
Hay un tema que no he logrado sacar a flote desde hace un buen rato y es el tema de la lactancia materna... Ojo, no voy a predicarles las cosas que ya sabemos y que son comprobadas de generación en generación por la práctica y por amplios estudios científicos. Todos sabemos sus bondades y su vital importancia. Pero, de lo que sí quiero hablar es de como hemos dañado la leche. Sí, así mismo.
No sé si soy yo sola, lo cual puede ser porque vivo pegada a las redes sociales, las revistas y libros de este tema que tanto me apasiona: crianza, embarazo, maternidad, etc...Siento que en el afán de promover la lactancia materna algunos han caído en el juego de "lo mío es mejor que lo tuyo". ¿No lo sienten así a veces? Es una sensación de que pude dar pecho por un año entero, en todo momento y en todo lugar, lo hice mal. O peor aún no fui lo suficientemente comprometida con mi hija.
Repito, puede ser que sea yo, simplemente porque estoy expuesta a estos temas. Pero, ¿y si no soy yo sola? Y si en vez de "empoderamiento" caemos en "avergonzamiento" (estoy consciente que creo que acabo de inventar esa palabra). ¿Será este el real mensaje que queremos darnos unas a las otras? Queremos darnos aliento y apoyo o queremos que las demás actúen como nosotras consideramos que deben hacerse las cosas.
Las fotos que inundan nuestras redes sociales de las madres dando pecho en el bus, en la banca del parque y hasta en la asamblea de las Naciones Unidas y que son usadas para decirnos que esto es lo correcto, ¿cómo hacen sentir a la que no pudo? Recuerdo que una vez comenté en una red social sobre cómo me fue a mi tras leer un post sobre la lactancia materna y las respuestas no se hicieron esperar: que yo era un caso muy raro, que tal vez no tuve paciencia o que no me guiaron bien. Peor me sentí : (
Para hacerles el cuento corto, solo pude dar pecho 1 mes. Y sí lo hice a libre demanda, y sí me sentaba yo misma a tratar por horas, y sí usé la ordeñadora para estimular producción. Pero cuando mi hija solo vomitaba lo que le daba, tenía dolorosos cólicos y diarrea, entendí que algo estaba mal. Y así fue: era alérgica a la proteína láctea. Primero pasé por una dieta de eliminación de alimentos que me dejó más flaca que antes de embarazarme y luego probamos leche deslactosada y de soya sin éxito. Mi hija o tomaba fórmula especial o empezaría a bajar de peso drásticamente. En ese momento pecho fuera y venga el biberón. Y cuando a veces cuento esto hay quienes me dicen, si a mi también me pasó.
Entonces comprendí que están las que optan por el biberón por situaciones variadas y que no es un crimen. Es simplemente una decisión y ya. No hay que voltearse a decir que lo hizo mal o que seguro no se quería trasnochar. La vida entera está compuesta de tomar decisiones desde la más sencilla como me recojo o no el cabello hasta desconectar el soporte de vida de un familiar enfermo. Y es verdad que siempre hay esa pequeña tela de duda de si estamos haciendo lo correcto, pero ¿quienes somos para señalar esa duda en los otros? Es allí en ese punto donde la leche se daña.
Y no sólo con la leche...a veces sentimos esas miradas de desaprobación cuando decimos que no lo dejamos que llore de noche, o cuando les damos soda con chocolate, o cuando decimos que no nos molesta que duerma en la cama con nosotros.
¿No sería más "empoderante" ser mujeres unidas en todo? No es mejor lección para todos decir: "mi amiga práctica colecho, aunque yo no lo haría, pero la respeto por eso"? No ayudaría más decir: "y si mi amiga algún día decide que ya es hora de que su hijo vaya a su propia cama, aquí estaré para ayudarla y aconsejarla en esa transición, en vez de decirle: ¿viste?, lo hubieras hecho desde el principio y no estarías a estas alturas en esto.
No sé ustedes, pero ya el juego de "mi comida orgánica es mejor que la tuya de lata", "mi parto de agua me dio una conexión con mi hijo más fuerte que la tuya de cesárea", "tu hijo es enfermizo seguro porque le diste formula"... ese juego de juzgarnos entre nosotras me tiene aburrida. Y no se crean, yo misma he caído en eso a veces sin darme cuenta. Pero tenemos que decidir que conscientemente no lo haremos más. Tenemos es que unirnos en una gran alianza materna, una que nos permita alimentarnos de las experiencias de cada una, que nos permita ser individuales y que no permita apoyarnos sin ser juzgadas. La mujer ha avanzado en tantos ámbitos, que la crianza de los hijos no debe ser un punto discrepante, debe ser un punto de fuerza.
Aquí les dejo este video que me encanta y que resume de manera maravillosa lo que he querido transmitirles en este escrito. Debemos ser: The Sisterhood of Motherhood... es decir, La Hermandad de la Maternidad.
Un abrazo,