El ser humano tiene una fea tendencia a criticar lo que no conoce. En algún momento lo hemos hecho: tirar la primera piedra. Pero afortunadamente para nosotros, los humanos, hay una manera de remediarlo...simplemente escuchando con el corazón. Detrás de cada rostro hay una historia y si estamos dispuestos a escucharla tal vez comprendamos que no todo es como aparenta. La madre que sólo da fórmula tal vez no es una perezosa, esa madre soltera tal vez sí planeó su embarazo y tal vez, aquella madre que está en la calle todo el día se está sacrificando por sus hijos.
Este corto llamado en ingles "The judment stops here" (el prejuicio termina aquí), es parte de la serie de comerciales End Mommy Wars (acabemos las guerras entre madres) de la marca Similac. El clip nos muestra a un grupo de mujeres que sin conocerse, se juzgan una a la otra sólo por su apariencia. Podemos tener un vistazo a la vida de cada una y conocer sus vivencias. Al verlas reunidas se pueden ver las primeras miradas llenas de barreras. Pero, medida que cada una habla, el ambiente toma otro matiz... se puede sentir la empatía, la solidaridad y la hermandad.
Todas estas historias tienen un hilo conductor: el amor. Aún cuando cada relato es distante y opuesto al siguiente, ese amor hacia sus hijos indudablemente los conecta. Lo que empezó con rostros inseguros y hasta duros, termina con lágrimas y manos dando apoyo. Es increíble cómo con sólo escuchar de verdad, nos damos cuenta que nos somos tan distintas.
Atrévete a oír las historias aquella madres que menos se parece a ti y seguro descubrirás que hay más en común que cosas que las separen.