Recordarán que anteriormente estuve platicándoles sobre el lloriqueo, conducta que ha logrado sacarme uno que otro grito (y cana) más a menudo de lo que quisiera admitir y que poco a poco ese terminó convirtiéndose en mi estilo de disciplinar. Vuelvo y repito, ninguna mamá es perfecta, y todas vamos aprendiendo sobre la marcha...sin importar si tienes uno o cuatro hijos, porque cada hijo es diferente.
Pronto me encontré en un callejón sin salida, enojándome casi a diario por los lloriqueos constantes y otras conductas por corregir propias de los niños de 3 años. Hasta que decidí realizar mi propio plan de acción. Compré tres libros para padres de "toddlers" y empecé a preparar mi estrategia. Según todo lo que leí, el lloriqueo es solo una fase (que se oiga: ¡Aleluya!) y cómo yo respondiera a eso y a otras cosas era crucial.
En el caso del lloriqueo, lo primero era detectar qué lo provocaba. Al trabajar desde casa, se me hace más fácil observar las cosas que disparan los lloriqueos y gritos de mi hija. Después de mirar en silencio varios episodios (evitando halarme los cabellos) llegué a la conclusión, de que en el caso de ella, esa es su forma de expresar frustración por algo que le sale mal como ponerse un zapato.
El segundo punto de mi plan fue más complicado pues debía decidir entre 2 opciones: ignorar la conducta o aplacarla de una vez. Y tal como dice el refrán: "escoge tus batallas". Si tu hijo grita cada vez que prendes la televisión, por ejemplo, definitivamente ignóralo. Pero si le dices que no toque la tijera y va directo a retarte, pon un alto.
Entre lo que leí, me pareció muy interesante aprender que los niños a partir de los 6 meses de edad, son capaces de entender si se les reprende. Lo que puede variar de niño en niño, es el método que utilizarás para hacer llegar tu mensaje. Hace tiempo traté el famoso "time out", y qué va, eso no era para ella. Nunca se calmó lo suficiente como para poder explicarle por qué estaba en la silla o cualquier cosa parecida.
Luego traté el sistema de "recompensa", "reward" o "positive reinforcement". (Hago un paréntesis para suplicarles que NO den como recompensa postres o cosas materiales porque después lo esperan por cualquier mínima cosa y están es trabajando por algo material en retorno.) Inventamos el "sello y si" y el "sello y no". Que simplemente consiste en que al final del día o en un momento crítico, yo la evalúo. Resultó ser, que ella responde a este sistema de puntuación como si fuese una cuestión de orgullo o de satisfacción pues se siente que logró algo importante, algo que la acerca más a ser niña grande. Sus recompensas por una semana de buena conducta han sido alquilar una película, ir al parque y comer raspao' y también ir a jugar donde su prima...como les dije, cosas que no son materiales pero que a esa edad son fiesta total.
Otra cosa que pude observar, era que a mi hija lo que le gusta es ser escuchada (aparentemente tiene mucho qué decir jajajajaja!). Muchos niños recurren a conductas indeseables sólo por llamar la atención. Y es que imagínense: te dicen cómo vestirte, a que hora te levantas, a que hora duermes, a que hora comes...lo mínimo es que puedas expresarte de vez en cuando. Cuando empecé a escucharla más, se calmaron las aguas. Cómo cambio su pequeño temperamento napoleónico. A veces sólo quieren decir algo corto, a veces algo largo. Lo importante es escucharles porque les brinda una sensación de aceptación y de relevancia...algo que hasta muchos adultos buscan a diario.
No importa la conducta que deseen corregir, lo indispensable es amoldar tu estilo de disciplinar a tu hijo... por que si no, terminarás gritando a diario descabelladamente sin resultados (en mi caso, conocida como la reina de los gritos). Te recomiendo leas el libro Toddler 411 de Denise Fields y Ari Brown qué fue mi biblia de referencia en este experimento.
Suerte y abajo la reina!
xoxo
Yani
Luego traté el sistema de "recompensa", "reward" o "positive reinforcement". (Hago un paréntesis para suplicarles que NO den como recompensa postres o cosas materiales porque después lo esperan por cualquier mínima cosa y están es trabajando por algo material en retorno.) Inventamos el "sello y si" y el "sello y no". Que simplemente consiste en que al final del día o en un momento crítico, yo la evalúo. Resultó ser, que ella responde a este sistema de puntuación como si fuese una cuestión de orgullo o de satisfacción pues se siente que logró algo importante, algo que la acerca más a ser niña grande. Sus recompensas por una semana de buena conducta han sido alquilar una película, ir al parque y comer raspao' y también ir a jugar donde su prima...como les dije, cosas que no son materiales pero que a esa edad son fiesta total.
Otra cosa que pude observar, era que a mi hija lo que le gusta es ser escuchada (aparentemente tiene mucho qué decir jajajajaja!). Muchos niños recurren a conductas indeseables sólo por llamar la atención. Y es que imagínense: te dicen cómo vestirte, a que hora te levantas, a que hora duermes, a que hora comes...lo mínimo es que puedas expresarte de vez en cuando. Cuando empecé a escucharla más, se calmaron las aguas. Cómo cambio su pequeño temperamento napoleónico. A veces sólo quieren decir algo corto, a veces algo largo. Lo importante es escucharles porque les brinda una sensación de aceptación y de relevancia...algo que hasta muchos adultos buscan a diario.
No importa la conducta que deseen corregir, lo indispensable es amoldar tu estilo de disciplinar a tu hijo... por que si no, terminarás gritando a diario descabelladamente sin resultados (en mi caso, conocida como la reina de los gritos). Te recomiendo leas el libro Toddler 411 de Denise Fields y Ari Brown qué fue mi biblia de referencia en este experimento.
Suerte y abajo la reina!
xoxo
Yani