Mi mamá tiene un dicho muy gracioso..."el tiempo pasa, pesa y pisa". Es una manera cómica de decir que envejeces según lo tomes. Con el correr de los años y la recopilación de experiencias vividas, vamos moldeando nuestro sentir hacia ciertas cosas. Para mi, la Navidad es una de esas cosas cuyo significado ha ido cambiando con el pasar del tiempo.
Cuando era niña, mi diversión era hacer álbumes con recortes de los juguetes que deseaba (mis pininos en el scrapbooking ahora que lo pienso bien), luego a medida que creces se convierte en una excusa para la rumba con los amigos; habrá uno que otro cuento gracioso de que perdiste la cartera o los años nuevos en la playa tomando sol. Si piensas que esos fueron tus años de gloria, te aseguro que aún hay más... algo más profundo, algo que sólo se consigue apreciar conforme pasa tu vida.
Pasarán más páginas de calendarios con navidades marcadas, y cuando menos lo esperas, estás planeando la primera navidad de una pequeña personita. Ese año, quieres que sea perfecto... la foto con todos coordinados de rojo o verde, la casa arreglada como si los duendes de Santa fueran tus decoradores privados, los regalos se desbordan...todos escogidos pensando cuidadosamente en la edad y etapa de desarrollo de ese pequeño ser. Todo es maravilloso, el espejo de la felicidad. Pero, ¿sabes qué? Eso no es navidad. Te tardan varios diciembres para entenderlo y apreciarlo.
La Navidad no es el árbol con olor a pino fresco, es el árbol que no mediste bien y ahora no cabe en la sala. No es el pavo con la mejor receta, es el pavo que quedó seco porque lo horneaste demasiado tiempo. No es la hermosa villa navideña con un gigante nacimiento, es la escena de Natividad carente de Melchor porque tu perro le comió la mitad del cuerpo. No son las recetas de galletas de jengibre, son las que se quemaron y nadie comió.
La Navidad no es recrear la idea perfecta que vemos en las películas o en nuestra imaginación, no es correr de aquí a allá buscando regalos... es la mirada que dice "me conoces bien" cuando se abre el regalo. No es el atuendo hermoso, es darse cuenta el 24 a las 3pm que no te queda bien el vestido. La Navidad es el conjunto de recuerdos imperfectos...buenos, malos, divertidos y tristes... esos pequeños desperfectos que en su momento parecen como tragedias, serán las historias que contarás una y otra vez con con nostalgia o con humor. Son las memorias que vamos acumulando, las historias que vamos tejiendo.
No te estreses, no corras, no te lamentes... busca el espíritu de la Navidad hasta en lo menos alegre. Ríe, llora y abraza aunque tus planes hayan salido mal. Qué mejor ejemplo de la esencia de la Navidad que la historia del niño rey. Debió nacer en la paz de su hogar y nació huyendo, debió tener una gran fiesta y tuvo el silencio de la noche, debió tener una cobija linda con su nombre bordado y tuvo que arroparse con trapos viejos prestados, sus padres debieron tener regalos para el y sólo pudieron ofrecerle sus brazos llenos de amor. Eso, eso SI es la Navidad.
Han tenido que pasar muchas vueltas al calendario para que lograra entender esto. Y es por ello quiero dejarlo escrito. Para que la próxima vez que me queje del tráfico, me enoje de las galletas quemadas o no encuentre el regalo perfecto, recuerde que nada de eso es Navidad. Navidad es el abrazo, el cobijo, el amor, la ilusión, las risas, los contratiempos...El tiempo pasa, pesa y pisa, como dice mi madre, pero también da perspectiva y paz.
Un abrazo a todos ustedes y ojalá tengan una bella Navidad "imperfecta"
xoxo