Ya llegó la Navidad. Época de caos en la calle y reuniones sin fin. Parece que no estamos ni un segundo en casa, cuando de nuevo debemos salir a comprar regalos, hacer intercambios y asistir a fiestas con colegas.
Algunas veces me pregunto, si tanto corre corre vale la pena. Comprimir en todo un mes las cosas que tal vez debimos hacer en el año, como tomarnos fotos familiares, reunirnos con los amigos y sacar a los niños a pasear casi todos los días. Pero en esencia, eso es diciembre, el mes para clausurar el año y tratar de olvidar si fue malo y disfrutar si fue bueno. Es el mes donde tenemos la oportunidad de pensar en el año y meditar en lo ocurrido, porque aún al más materialista y despreocupado, cuando tocan las 12 le sobrecoge una sensación de que se acaba una etapa de su vida, de que se pasa una página.
Las cosas sencillas como salir a comprar el árbol, decorarlo, envolver regalos e incluso hornear un pavo en casa, son precisamente las cosas que están impregnadas del verdadero espíritu de las fiestas: reunirnos, reencontrarnos y reagruparnos. Para mí, el espíritu de la Navidad es estar juntos, así como unos extraños fueron a reunirse con la pequeña familia de un recién nacido al cual no conocían. Allí estuvieron juntos, sin importar si había mucho o poco, solo compartiendo su compañía.
La Chef Ana Cristina Henríquez de Miranda Bakery & Cafe, compartió conmigo el proceso de hacer la casita de jengibre que adorna su local durante el mes de diciembre. Y no paro de pensar en cómo muchas cosas en nuestras vidas deben ser como construir una casita de jengibre. Debe ser hechas con planeamiento, con atención a los detalles, con paciencia, con esmero y entrega, con trabajo, con pasión y con amor. Sin buscar una recompensa más allá de la satisfacción de que se hizo algo bueno.
Una casita de jengibre que tomó 5 días en hacer y con 800 hojuelas de almendras pegadas en su techo es sólo una estructura de la mejor pastelería, pero en estos momentos para mí, es una representación de lo esencial en la vida.
Les deseo a todos una Feliz Navidad y que el Señor bendiga sus manos para construir día a día una mejor vida para ustedes y para los que los rodea.
